Admirando la no admiración?

Hace algún tiempo ya, que charlé con diferentes personas con el objetivo de hacerles algunas preguntas tipo encuesta, para sacar algunas conclusiones de algunas propias interrogantes acerca de algunos ámbitos de la vida. Fue así entonces como algunos de mis conocidos fueron víctimas una vez más de mis preguntas que no vienen al caso, generalmente en una francachela, en una plaza o en el bus, pero siempre, fuera´´ fuera del profundo contexto que ameritaban tales interrogantes ja.

Fue parecido a esa vez que entrevisté a varios varones de variadas regiones del país para preguntarles acerca de lo atractivo de las manos femeninas con las uñas pintadas de esmalte. Asombrosamente la mayoría contestó que prefiere las manos femeninas sin pintura de uñas, o simplemente sólo con brillo. Desde aquella época fue que decidí pintarme las uñas siempre y de variados colores.
Y bueno, esta vez les pregunté a varios cosas como: ¿Hay alguien a quien admires de verdad? ¿Hay alguien que crees o te haya dicho que te admira?, ¿Sacarías a alguien de tu vida su pudieras?, ¿Pondrías a alguien más en tu vida si pudieras? Muchos pueden no estar en acuerdo con mis conclusiones, he hallado ahí la gracia. Se supone que es uno de los beneficios de los blogs, que yo pueda escribir lo que se me de la condenada gana.

Ahora que tal encuesta se ha tornado internacional, he sacado interesantes conclusiones para mi, y tal vez estúpidas para la gens’.

Según lo que pudo reunir mi memoria de pez, lenta y poco reflexiva, pero tremendamente imaginativa y soñadora, es que la mayoría de la gente dice admirar a mas de tres personas, y también dicen no saber si alguien les admira o simplemente no se sienten admirados, aunque debo admitir que algunas dichosas personas han afirmado, que si les han hecho saber de algún tipo de admiración. Debo aclarar que por admiración entiendo un tipo de asombro ante el otro, un cosquilleante éxtasis por sus logros o por su simpleza, por su proceder, por sus cualidades, la admiración engloba todo eso, hasta el punto de tener un deseo de poder participar de todo lo del otro, o tal vez desearle mayor éxito aún. ¿Cómo es posible que la mayoría nombre a muchos a quienes admira y a la vez estos no tengan a nadie que les admire?¿cómo? Es que acaso no somos capaces de decir que admiramos a alguien?, algunos con quienes conversé me dijeron que tal vez la causa de esto sea el roche (vergüenza), personalmente creo que hay dos posibilidades. Una primera es que somos personas tan egocéntricas que luchan por un constante buen status, deseamos tanto la superioridad, que postrarse a los pies del otro, dándole a conocer nuestra admiración nos hace sentir rebajados. Quizás nos olvidemos de decirlo porque nos fijamos más en uno mismo, nos importa bien poco hacer sentir bien al otro, pero mucho nos importa hacerle saber al otro que no nos está haciendo sentir bien. ¿Por qué?

Pensaba entre tanto que tal vez el hombre sea inherentemente envidioso, o como dice el buen Paulo Cohelo, que el hombre es malo por naturaleza y bueno por la fuerza. Decía me ya jeshira oriunda de Arequipa, Perú que envidia significa: mirar con ojos malos, que la envidia hace desearle al otro lo opuesto al éxito. Yo estoy deacuerdo con eso, pero también creo que la envidia tiene tanto peso como la admiración y que van dialéctivamente opuestas. Cuando uno está asombrado frente a la maravilla que ve en el otro, gusta de eso pero encima siente rabia por el bienestar que está observando, y no puede decirlo, ha entrado al camino oscuro de la envidia, el no poder admirar según yo, el no poderse sentir feliz frente al éxito del otro.
Mucho del admirar creo, y digo personalmente, tiene que ver con la envidia, no admiramos porque somos envidiosos, o no admiramos porque somos egocéntricos. No quiero pensar como Cohelo en que somos inherentemente malos, pero creo que nos falta (ME INCLUYO PRIMERAMENTE EN LA LISTA) cultivar el espíritu. Sentirse admirado brinda seguridad, porque tenemos el apoyo de alguien más, de alguien que verdaderamente cree en nosotros.

Sobre las dos preguntas siguientes, daré la lata más adelante, porque puedo suicidarme con la publicación.



Eres un carpintero
que está construyendo su hogar espiritual.
¿Cuántos martillos hacen falta
para levantar tu hogar espiritual?

¿Qué es mejor, mil martillos o uno perfecto?
Lo que cuenta es la calidad de la casa,
no cuántos martillos tiene el carpintero.
Dedicamos demasiado tiempo
a acumular martillos
y no el suficiente
a construir nuestro hogar espiritual. Por *B Weiss
*




Gracias…
*A Leddy, Leddy Corn por hermosiarme el blog, por su inmensa creatividad, y por compartirla conmigo, por darme un poquito de su esencia, por darme de su vida en este mes de intercambio, pro darme un poco de la cultura tacneño-chilena*
*A mis padres Dios! A mis padres*
Canción…
*bello Abril* “Fito” (recomendada por Carmina Chanel
 )