De medialunas)))
Tomábamos un submarino en el “Delicity”, en una de las esquinas de la calle Buenos Aires, cualquiera por el nombre pensaría que tomábamos una bebida etílica y no… tomábamos una copa de vidrio en leche, con una barra de chocolate, acompañada de unos panecillos iñi piñi´, pero bastante pipirisnice. Un grupo heterogéneo con componentes de toda Latinoamérica hermana, entre risas y leches en la oscuridad de la tarde, intentando olvidar las raíces, las costumbres y los recuerdos, para hacer de un momento simple y cotidiano, el más especial y bonito del día.
Cualquiera o la mayoría de la gens, cuando te entregan el cambio, o vuelto del dinero de la cuenta, lo cuenta y procede a guardarlo, pero esta vez fue diferente… (8)Todas las voces todas, todas las manos todas (8) El total de la cuenta fue menor, la señorilla que nos atendió obviamente se equivocó y nos estaban dejando pasar algo así como 30 pesos ches’ …Claro! Váyanse, corran si es posible, aprovechen que fue culpa de ella, que están libres de pecado, porque no han querido ustedes que la chica se olvide y les cobre menos dinero.
Caminábamos de regreso por la calle Bs As, para ir de regreso a lo que hoy podemos llamar hogar, hacía tanto frío que las narices de todos caían al piso a pedazos, se nos comenzaba a olvidar que teníamos pies, pero nos reíamos con vapor en la boca, intentando retratarnos en algún lugar, para tener un buen recuerdo cuando pasen los años y volvamos esto a recordar.
Seguramente la conciencia no nos dejaba tranquilos pues con calculadora en mano, una chica con nombre de cantante colombiana comenzó la cuenta a sacar. Y si… debíamos regresar a pagar? Debíamos… deber…¿y por qué? Regresamos todos pensativos… y digo en verdad, muy pensativos… es en esos momentos que uno culpa al demonio de tentar, para no asumir nosotros mismos que somos verdaderamente malos, y que cuando tenemos la oportunidad hacemos aflorar nuestros más bajos instintos.
¡Pero qué contenta que estaba esa muchacha! Y si… nos agradeció, yo aproveché de ir al tocador, porque mi vejiga salía por mi boca. Nos fuimos de “Delicity” con una bolsita de facturas y medialunas pasteleras, como agradecimiento por la acción.
Tengo una temporal convicción que si fuéramos más honrados, viviríamos en un mundo lleno de medialunas y facturas, con una multitud de gente con una inevitable sonrisa pintada con oleo en la cara.
¡Saludos con alma!
Gracias:
A mi abuela, por la cantidad de rosarios rezados, para que mi suerte cambie y me vaya mejor. A ella por amarme, y dejarme amarla a ella.
Escucho:
*Sol de invierno* “Javiera mena”
Cualquiera o la mayoría de la gens, cuando te entregan el cambio, o vuelto del dinero de la cuenta, lo cuenta y procede a guardarlo, pero esta vez fue diferente… (8)Todas las voces todas, todas las manos todas (8) El total de la cuenta fue menor, la señorilla que nos atendió obviamente se equivocó y nos estaban dejando pasar algo así como 30 pesos ches’ …Claro! Váyanse, corran si es posible, aprovechen que fue culpa de ella, que están libres de pecado, porque no han querido ustedes que la chica se olvide y les cobre menos dinero.
Caminábamos de regreso por la calle Bs As, para ir de regreso a lo que hoy podemos llamar hogar, hacía tanto frío que las narices de todos caían al piso a pedazos, se nos comenzaba a olvidar que teníamos pies, pero nos reíamos con vapor en la boca, intentando retratarnos en algún lugar, para tener un buen recuerdo cuando pasen los años y volvamos esto a recordar.
Seguramente la conciencia no nos dejaba tranquilos pues con calculadora en mano, una chica con nombre de cantante colombiana comenzó la cuenta a sacar. Y si… debíamos regresar a pagar? Debíamos… deber…¿y por qué? Regresamos todos pensativos… y digo en verdad, muy pensativos… es en esos momentos que uno culpa al demonio de tentar, para no asumir nosotros mismos que somos verdaderamente malos, y que cuando tenemos la oportunidad hacemos aflorar nuestros más bajos instintos.
¡Pero qué contenta que estaba esa muchacha! Y si… nos agradeció, yo aproveché de ir al tocador, porque mi vejiga salía por mi boca. Nos fuimos de “Delicity” con una bolsita de facturas y medialunas pasteleras, como agradecimiento por la acción.
Tengo una temporal convicción que si fuéramos más honrados, viviríamos en un mundo lleno de medialunas y facturas, con una multitud de gente con una inevitable sonrisa pintada con oleo en la cara.
¡Saludos con alma!
Gracias:
A mi abuela, por la cantidad de rosarios rezados, para que mi suerte cambie y me vaya mejor. A ella por amarme, y dejarme amarla a ella.
Escucho:
*Sol de invierno* “Javiera mena”
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