Parte 1 "Lila por el mundo"
Dormida estaba cuando golpearon el vidrio del bus, toc toc’- llegamos, dijo el auxiliar mientras Lila, con un fallido intento trataba de incorporase, se levantó miró al resto de los pasajeros durmiendo y pudo darse cuenta que era ella nada más quien bajaba en ese terminal. Por su rápida , creativa y a veces ridícula imaginación pasó la remota idea que todo eso fuese un trampa, y se imaginó a si misma secuestrada y metida en un círculo de trata de blancas.
-Lleva equipaje?- si… si, titubeó Lila, mientras el auxiliar se apresuraba en bajar las maletas pues caía una llovizna incesante. Le entregó ambas maletas rojas, una grandota y una normal, y como pudo Lila, torpe por supuesto como siempre, logró refugiarse bajo el techado de la terminal y para su poco usual buena suerte, se encontró con un terminal cálido y bastante seguro, tendría que esperar hasta las 8.30 que vinieran a recogerla, y apenas eran las 5:00 de la mañana.
Se sentó respiró y dijo: -si, en verdad estoy aquí. Meditando se quedó cuando de repente oyó:
-estás sola?
-si ¿por qué?
-Por nada…
-¿Puedo ayudarte en algo?
-No, no sólo quería saber si estabas sola
-tú también estas solo.
-Yo soy varón
-Puedo verlo-
-me refiero ah… déjalo
-Cómo te llamas?
-Dónovan
-Yo soy Lila.
-Mucho gusto
-Si tú lo dices.
-¿Cuál es tu problema?
-¿Problema?
-Si, si problema
-Ninguno…
-Con razón estas sola.
-Ni sabes de mi vida…
-Bueno… debo irme adiós.
-si ¿por qué?
-Por nada…
-¿Puedo ayudarte en algo?
-No, no sólo quería saber si estabas sola
-tú también estas solo.
-Yo soy varón
-Puedo verlo-
-me refiero ah… déjalo
-Cómo te llamas?
-Dónovan
-Yo soy Lila.
-Mucho gusto
-Si tú lo dices.
-¿Cuál es tu problema?
-¿Problema?
-Si, si problema
-Ninguno…
-Con razón estas sola.
-Ni sabes de mi vida…
-Bueno… debo irme adiós.
Lila, siempre actuaba de revés a lo que debía ser, era cortés cuando no debía, y no cortés cuando debía serlo, habían pasado nada mas quince minutos, y la espera era larga, tenía mucho sueño, y tendría que ingeniárselas para hacer alguna actividad que la mantuviera despierta. Miró a su alrededor y vio que la terminal era bastante grande y que había espacio suficiente, seguramente habrían 15 viajantes más que ella.
La atacó la vejiga como nunca, comenzó a acurrucarse para no tener que ir al baño, pues esas dos maletas no cruzarían el torniquete de entrada al baño de damas. Miró su reloj y vio que ya eran 5.30 de la mañana pero su vejiga no aguantaría hasta las ocho de la mañana. Por un momento imaginó que si corría quizás alcanzaría a volver para ver al ladrón que estuviera robándose sus maletas, pero le atemorizó tener que increparlo. Así fue como la primera gota que mojó su calzón hizo que tomara las maletas y emprendiera rumbo a los tocadores femeninos. Cuando llegó vio una viejecilla de quizás 70 años en la caja cobradora de fichas, velozmente le preguntó si podía cuidar sus maletas mientras ella entraba a los sanitarios y la viejecilla de mejillas rojas y mirada complaciente accedió entonces Lila entró a toda velocidad y abrió la puerta del sanitario y simplemente descansó, ¡Que sensación! ¡Dios mío que sensación!, reflexionó durante unos minutos como el tener la vejiga llena puede hacerle olvidar su propia vida, que estaba dentro de sus maletas, y encima entregársela a una viejecilla nunca antes vista, que podría estarse robando en ese mismo instante, la cantidad de diseños de brasieres multicolores que le gustan tanto a Lila. El malestar físico la llevó a dejarlo todo por poder vaciar su vejiga: subió su pantalón, salió, lavó sus manos sin jabón, las secó en su pantalón y salió.
No menor fue la sorpresa al ver que ya no estaban sus maletas, mientras la viejecilla gritaba y gritaba_ se las llevan niña!!!- se las llevan!!.
… continúa…
En dos días.
Gracias:
A la vida, que me ha dado tanto como a Violeta
Escucho:
"En tus manos" *javiera Mena*
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